martes, 13 de octubre de 2009

¿qué es el sexo? cuarta parte


Mitad tú, mitad yo...
Virulo, un trovador de origen cubano clasifica las canciones de desamor en tres tipos. Las masturbables, hablan de pura autocompasión y pura autocomplacencia. Las segundas son las manipuladoras, llevan implicita la esperanza del regreso. Y las terceras, las terminales, las que desean el sufrimiento igual o mayor al que siente el que canta. Todo esto porque cuando el ser querido se va, el que se queda, siente que se muere. Y no es para menos, pues aunque no tiene una relación directa el sexo con el amor. A menudo y más cuando se trata de humanos el amor acaba en sexo, o el sexo en amor. El caso es que el sexo es el último paso antes de la muerte.
Hasta antes del desarrollo de la reproducción sexual, los seres no morían, iban por el medio dividiéndose y adquiriendo nuevos genes, pero no había una preocupación por la inevitabilidad de la muerte, que sufrimos los organismos más grandes y compuestos de muchas células. Con la fusión permanente de bacterias, se crearon organismos más complejos. El sexo en este tipo de organismos produjo apareamientos con seres de la misma especie. La reproducción sexual permitió una recombinación de genes únicamente de la misma especie, provocando así la formación de un individuo con características de ambos progenitores. Al no tener una reproducción asexual. Estos organismos cargan con la culpa de haber evolucionado. Se volvieron mortales al intentar reproducirse sexualmente. Para los antropólogos y psicólogos, el acto sexual cometido por Adán y Eva, es a lo que se refiere el relato bíblico cuando habla del pecado original, cuyo castigo fue la muerte.
El sexo es aquel largo y sinuoso camino que tantos problemas nos causa porque no hay una explicación clara acerca de todo lo que representa. Desde las bacterias primigenias hasta la especie más reciente, experimentan el sexo. Si tan cotidiano es que lo llevamos impreso en nuestros genes, porque tanta confusión.

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