
A principios del 2007 la cadena de noticias BBC emitió un reportaje al que llamó La bomba de obesidad en México, el cual deja claro que los mexicanos hemos sustituido los alimentos populares como los tacos, las enchiladas y los frijoles, por hamburguesas y pizzas. El problema de esto no es el abandono de las tradiciones culinarias sino las consecuencias en la salud, ya que este tipo de alimentos contienen altos niveles de grasas saturadas y azucares y son bajos en fibras, vitaminas y minerales. Si a esto se le suma el sedentarismo el problema se vuelve aun mayor ya que aumentan los índices de diabetes a temprana edad, cáncer y otras enfermedades como hipertensión o arterioesclerosis. Cada día aparece un nuevo anuncio sobre comida, lo grave es que se trata de comida chatarra, la cual provoca obesidad y al mismo tiempo desnutrición. Afortunadamente la ciencia puede tener una alternativa a este problema, solo es cuestión de encontrarla, tal y como lo hicieron los alumnos de la carrera de ingeniería bioquímica del Instituto Politécnico Nacional (IPN); La nota aparece en el periódico La Jornada del pasado lunes, quienes elaboraron tamales para reducir el colesterol y triglicéridos en la sangre, en resumidas cuentas, grasa. La fórmula incluye oligoelementos, proteínas hidrosolubles, vitaminas liposolubles (A, B y E) así como ácidos grasos omega 3 y 6, es decir, sus ingredientes son benéficos para la salud, ya que contribuyen a reducir los niveles de colesterol, ayudan a controlar la presión sanguínea y no contienen conservadores.
Los tamales constituyen uno de los alimentos preferidos y más populares de la comida tradicional mexicana, hechos a base de maíz y chile, son comunes en las festividades nacionales y en los últimos años representan para un gran sector de la población el plato fuerte del desayuno, sería el equivalente a las hamburguesas hablando en términos de comida rápida. Sin embargo su consumo excesivo lo vuelve parte del problema.
Por este lado, la ciencia está haciendo su aporte y lo hace de manera contundente, no sólo ofrece la posibilidad de cambiar los hábitos alimenticios, sino que también proporciona el producto que suplirá a la comida que está provocando los daños a la salud en el país. Ahora toca a los actores políticos no sólo echar a andar esta propuesta, sino que regular también la publicidad de los alimentos que causan los daños a la salud, y promover el consumo de productos que además de haber sido concebidos en México, son también parte de la cultura tradicional mexicana. Si el estado y las empresas colaboran con este aporte de la investigación científica estaremos matando dos pájaros de un tiro, impulsamos el quehacer científico y ayudamos a reducir la perdida de tradiciones culinarias. Si bien, los tamales son el equivalente a las hamburguesas hablando en términos de comida rápida, estos si aportan una gran cantidad de nutrientes, ahora con estas modificaciones pueden ser aun más benéficos. Esta es una de las alternativas para combatir el consumo desmedido de alimentos chatarra. A las transnacionales de hamburguesas no les interesa incluir en su combo, oligoelementos, sino, ya lo hubiesen hecho, podemos atacar por ese flanco.
El átomo: después de haber creado al mundo, ese día… descansó.




En esta sala también se encuentra la explicación a las fotoluminiscencias. ¿Se dice: fluorescentes o fosforescentes? Las dos formas son correctas, siempre y cuando se aplique adecuadamente. Los objetos fluorescentes son aquellos que emiten una radiación lumínica debido a que tienen en sus componentes fluorita, una sustancia que se excita con un tipo de radiación lumínica y "poniéndoles luz, emiten luz". Los objetos fosforescentes son aquellos que emiten luz en la oscuridad después de haber sido irradiados con una luz de cierta frecuencia. Ejemplos de fosforescentes son los apagadores de luz eléctrica de algunas casas, o los botones de algunos controles para la televisión que desprenden luz en la oscuridad y facilitan su localización. Ejemplos de fluorescentes son las baritas de luz que regalan o venden en las fiestas o circos, o en las discotecas, por lo regular los colores son siempre neón, aunque en ocasiones el blanco también emite luz con cierto tipo de luz.





La vida inteligente sobre un planeta alcanza su mayoría de edad cuando resuelve el problema de su propia existencia. Si alguna vez visitan la Tierra criaturas superiores procedentes del espacio, la primera pregunta que formularán, con el fin de valorar el nivel de nuestra civilización, será: « ¿Han descubierto, ya, la evolución?» Los organismos vivientes han existido sobre la Tierra, sin nunca saber por qué, durante más de tres mil millones de años, antes de que la verdad, al fin, fuese comprendida por uno de ellos. Por un hombre llamado Charles Darwin. Para ser justos debemos señalar que otros percibieron indicios de la verdad, pero fue Darwin quien formuló una relación coherente y valedera del por qué existimos. Darwin nos capacitó para dar una respuesta sensata al niño curioso cuya pregunta encabeza este capítulo.* Ya no tenemos necesidad de recurrir a la superstición cuando nos vemos enfrentados a problemas profundos tales como: ¿Existe un significado de la vida?, ¿por qué razón existimos?, ¿qué es el hombre? Después de formular la última de estas preguntas, el eminente zoólogo G. G. Simpson afirmó lo siguiente: «Deseo insistir ahora en que todos los intentos efectuados para responder a este interrogante antes de 1859 carecen de valor, y en que asumiremos una posición más correcta si ignoramos dichas respuestas por completo.»









